El Blog del Aloe

Un regalo de Madre Naturaleza

Hablamos del Aloe Vera Barbadensis Miller, con su flor amarilla, la más completa en principios activos entre los tres centenares de variedades de Aloes que existen. Sólo una veintena son Aloe Vera, es decir con alguna propiedad medicinal; unas 4 o 5 son utilizadas en farmacia y cosmética. Aún perteneciendo a la misma familia de puerros y cebollas (Liliáceas), no suele estar en una ensalada debído a su sabor amargo.

«Se trata de una indiscutible Reina entre las plantas medicinales»

Considerada un mero remedio casero, por lo menos en el mundo occidental, hasta hace pocas décadas, al día de hoy son muchos los estudios científicos que avalan sus propiedades: a parte de contener en gran cantidad vitaminassales minerales, enzimas y aminoacidos, incluido los precursores del ácido salicílico, es decir, la aspirina en su estado natural.

Sus hojas son las únicas proveedoras de Acemanano, el muy potente regenerador celular que nuestro organismo también produce pero sólo hasta la pubertad: es la sustancia que mantiene lisa y elástica la piel joven, la que cicatriza sin marca y rápidamente las heridas de los niños y la misma que mantiene resistentes sus organismos.

Y no por último, contiene fuertes proporciones de Germanio que oxigena y alcaliniza el organismo y actúa como filtro depurador, elimina toxinas y desechos de las células, reestructura y revitaliza la médula ósea, reactiva el sistema inmunológico, estimula la producción de  endorfinas, calmando el dolor. 

Todas las plantas que contienen germanio han sido consideradas milagrosas y son: el Aloe Vera, el Ging-Seng y las Setas Shiitake.”

Para bien acabar su obra, contiene unos enzimas, Ligninas, cuyo trabajo es producir una absorbción especialmente activa para una acción a fondo.

Gracias a todo esto, esta planta tiene su gloria como tratamiento cicatrizante, rejuvenecedor, antiséptico y antibacteriano, calmante e hidratante así como, ingerida, otras tantas propiedades sorprendentemente eficaces.

Nuestra Fuerteventura, con su antiguo suelo volcánico rico en minerales, su alto grado de humedad nocturna y sus infinitas horas de sol sin lluvia, da vida a unas Aloe Barbadensis con la mejor concentración de principios activos.